Alma Mater – RESEÑA – Navidad en La Llanura

«¡Pero moon! ¡¡De pasarte meses sin publicar nada a subir 2 entradas seguidas!! ¿¿PERO ESTO QUE ES??» Bueno… pues el retraso acumulado, el tener unos días de vacaciones, el TOC de dejar ciertas cosas acabadas antes de fin de año, el «cumpleaños» del blog… yo que sé, todo suma, la verdad. Y quiero despedir este 2020, no tal y como ha sido el año (eso es insuperable), pero si con un juego me deja esa sensación que he tenido con lo que ha pasado en 2020… donde he encontrado que mis sensaciones son distintas a las de otra gente…

El juego que nos ocupa hoy es Alma Mater, de mis queridos diseñadores italianos de AcchittoccaFlaminia BrasiniVirginio GigliStefano LupertoAntonio Tinto, ilustrado por Chris Quilliams y editado por eggertspiele. Aún no esta disponible en el mercado español, pero es de esperar que lo edite Asmodee en España igual que ya ocurrió con su predecesor espiritual «Coimbra». Y es que es difícil ver este juego y no acordarse de Coimbra, no sólo por los autores y que el estilo general sea muy parecido, es que hasta algunas de las ilustraciones de personajes están «recicladas» del juego de 2018 (que en su día reseñé aquí); bien, pues aquí acaban las similitudes, porque mecánicamente los juegos no se parece en nada.

El Juego

En Alma Mater regiremos una de las incipientes universidades del siglo 15 y trataremos que sea la más prestigiosa de la época compitiendo con hasta 4 rivales que tendrán el mismo objetivo. Para ello tendremos que contratar a los mejores profesores y atraer al máximo posible de alumnos, para lo cual imprimiremos libros con nuestros desarrollos y los daremos a conocer trabajando duro en el campo de la investigación.

El juego tiene una mecánica principal de trabajadores, con la mayoría de los espacios disponibles para todos los jugadores (es decir, sin bloquearlos) pero a cambio de colocar un trabajador («master», que yo libremente traduzco como «profesor asociado») más que el rival, lo que nunca podremos hacer es colocarnos en un espacio en el que ya hayamos colocado uno de nuestros trabajadores.

Partida de Alma Mater a 4 Jugadores

Tras esta mecánica relativamente sencilla y trillada, encontramos «la genialidad italiana» en el manejo de los recursos y como adquirirlos. La moneda principal del juego, además de el dinero, serán los libros que cada jugador «imprimirá» durante la partida: cada jugador puede colocarse en un espacio de su tablero pagar para conseguir libros de su color y solamente del suyo. Así, se obliga a los jugadores a estar continuamente comprándose libros los unos a los otros, lo que por un lado permitirá al comprador contratar profesores o atraer alumnos a su universidad, y por el otro, nutrir al vendedor de valiosas monedicas que usará para, entre otras cosas, comprar a su vez libros de los otros jugadores.

  • Los «alumnos» dan diferentes bonus durante la partida, puntos inmediatos e incluso puntos al final de la partida. Después serán una de las principales vías de puntuación final.
  • La otra vía principal serán los «profesores», que además nos permitirán hacer acciones extra al activarlos (en el turno, podemos o colocar los trabajadores como decíamos antes, o activar estas cartas de profesores).
  • Como tercer aspecto fundamental a tener en cuenta durante la partida y para los puntos al final, tenemos el «track de investigación». Esto además marcará el «prestigio» de nuestras publicaciones, que marcarán el coste de atraer alumnos.

Estos son los 3 elementos básicos que marcarán el desarrollo de la partida, y entorno a ellos y a los libros se articulará toda la partida.

Opinión

Con éste repaso de conceptos creo que puedo entrar ya en mi opinión sobre el juego:

Lo principal que creo que se debe mencionar del juego es su interacción positiva, que además es intensa y el juego empuja a que se produzca. Esto me parece sublime.

Eso es algo que ya se ha dicho siempre que se habla del juego, entonces, ¿en que no coincides con el resto de jugones? Principalmente en que sea «el juego del año» (o al menos el eurogame del año). Es cierto que tiene esa interacción original, las reglas no son nada complejas y tiene ese «apretar» en cada acción que tanto disfruto. Pero no sabría decir porqué, aunque me encanta, para mi no llega a posicionarse en el Olimpo.

Partida a 2 Jugadores con el Bot «Ignotus» haciendo de las suyas

Algo importante para mi, que es que funcione especialmente bien a 2, no es una de las virtudes de Alma Mater, eso es cierto, pero el ‘bot’: «Ignotus», me parece muy fácil de usar y también lo disfruto a ese número. No creo que sea recomendable para jugarlo principalmente a este número ya que, como mencionaba, lo mejor del juego es la interacción entre los jugadores al comprarle los libros a otros jugadores, a 2 siempre que es posible prefieres comprarle los libros a Ignotus antes que darle «pasta» a tu contrincante. Aún así, a mi me ha aguantado bastante bien a 2 jugadores.

La producción de Alma Mater es muy buena, aquí podemos volver a recordar a Coimbra ya que los materiales son muy parecidos, con un inserto con muy buenas intenciones pero con defectos como que las cartas no entren enfundadas o que haya que tener cuidad al almacenarlo en vertical (yo lo tengo así y no se me mueve poniendo el troquel debajo del inserto). En este caso se añaden mejoras como los tableros individuales de doble capa y el material de los libros que no se conforma con la maderita y están hechos de un plástico duro (¿baquelita?) muy agradable. A pesar de el «reciclado» de las imágenes y de un diseño muy vectorial, como en «Coimbra» y aunque me gustan más los colores un poco más oscuros de aquél, creo que todo está claro a nivel iconográfico y entra bien por lo ojos.

Sólo llevo 4 partidas (a todo rango de jugadores), pero en esta ocasión si me atrevo a puntuarlo:

Alma Mater es un juego de esos en los que noto que tiene una parte genial, pero por otro lado me falta algo para que me parezca una obra sobresaliente. Desde luego, es una cuestión de sensaciones, porque como no me canso de decir, estamos ante otro juego más de la «escuela italiana» más que recomendable.


NOTA: 8.2

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